lunes, 22 de septiembre de 2008

El Cambio de Paradigma. Física Cuántica. ¿Qué Rayos Sabemos?



¿Qué es un paradigma?

¿Cómo cambian los paradigmas?

¿Cómo sabemos aquello que sabemos?

¿Qué es la verdad?

 

“Aparentemente el éxito de las obras maestras no reside tanto en su falta de errores – de hecho, toleramos los más crasos errores en todas ellas – sino en la poderosa capacidad de persuasión de una mente que domina por completo su perspectiva.” – Virginia Woolf.

                        “El universo está hecho de historias, no de átomos.”Muriel Rukeyser

Desde que los seres humanos desarrollaron por primera vez la capacidad de pensar y de maravillarse, nos hemos maravillados ante la magnificencia, la belleza y las, en ocasiones, aterradoras fuerzas de la naturaleza. Como testigos de la jornada desde el milagro del nacimiento hasta la finiquitud de la muerte, nuestros ancestros se preguntaron ¿de dónde venimos?, ¿Adónde vamos? Como nosotros, deseaban conocer cómo encajamos en el mundo que nos rodea.

Para dar sentido a estos misterios creamos historias. Algunas culturas crean historias sobre espíritus de la tierra alojados en la naturaleza, otras acerca del único dios del cielo que rige desde allí, y otras nos dicen que estamos solos en un universo indiferente.






   ¿Podemos decir que alguna de estas historias es más cierta, mejor o más válida que

   las demás?

   ¿De ser así, ¿de qué manera?

   ¿Cómo apreciamos qué es cierto?

   Y, ¿qué pasa cuando las historias en que confiamos dejan de tener sentido?

 

Las ideas presentadas en el film ¡Qué rayos sabemos! desafían aspectos de la historia imperante que Occidente se contó a sí mismo durante los últimos 300 años. La paradoja es que estos desafíos surjan al profundizar la ciencia occidental su estudio del mundo. Por cierto, la historia de la ciencia puede ser vista como una evolución de ideas que revelan no sólo que la realidad no es como parece sino también que nosotros no somos quienes creemos ser. El film presenta en parte la ciencia y la filosofía que conforman la base de una nueva historia y las implicancias hacen añicos todo paradigma.


El término “paradigma” hace referencia al contexto conceptual, el sistema de creencias y la perspectiva general desde la que vemos e interpretamos al mundo.

El diccionario define paradigma como “un patrón, ejemplo o modelo.” Proviene del término griego paradeigma, compuesto por para, que significa “junto a, más allá de, paralelo a” y deigma, “ejemplo” o “muestra”. De modo que para-digma significa “junto a o más allá del ejemplo”; se puede decir que es aquello que está al lado de o “se ajusta” al ejemplo- es decir, un modelo. Podríamos también decir que es aquello que está “más allá de lo que se ve o muestra”, lo que implica que es de algún modo invisible o desapercibido. Luego, el paradigma tiene un doble sentido, significa tanto un modelo de algo (el mundo, por ejemplo) y una estructura invisible (por ejemplo, el sistema de pensamiento por el cual vemos al mundo).

Nuestro paradigma determina aquello que somos capaces de ver, cómo pensamos y qué hacemos. No cuestionamos su exactitud ya que no somos, por lo general, conscientes de su existencia. Intentar reflexionar sobre nuestra visión del mundo es como intentar estudiar el color azul a la vez que usamos anteojos azules. No podemos distanciarnos lo suficiente para ver la medida en que afecta nuestra percepción. Simplemente asumimos que así como vemos las cosas es cómo son en realidad. Nuestros paradigmas son, por lo general, todo lo que conocemos y sólo se tornan perceptibles cuando nos encontramos con otros diferentes del propio.

 


El historiador de la ciencia, Thomas Kuhn, sacó ala luz a los paradigmas en su clásico libro La Estructura de las Revoluciones Científicas (The Structure of Scientific Revolutions, University of Chicago, 1962). Describe cómo la comunidad científica sostiene los paradigmas “como una decisión judicial aceptada en la legislación.” Kuhn va más allá y explica:

“Los paradigmas cobran su estatus porque son más exitosos que sus competidores cuando se trata de resolver unos pocos problemas que el grupo de profesionales acaba de reconocer como críticos. El éxito de un paradigma…es desde el comienzo, y en gran parte, una promesa del éxito a descubrir entre una selección aún incompleta de ejemplos. La ciencia normal consiste en la realización de esa promesa.”

Según Kun, un paradigma científico se acerca más a una hipótesis elaborada por la “ciencia normal” mediante la acumulación de más y más datos. De este modo, los científicos tienden a buscar la correspondiente coherencia y a evitar la novedad. Con frecuencia pasan por alto anomalías que desafían al paradigma existente hasta que aquellas anomalías se tornan demasiado perturbadoras para ser ignoradas.

Todo paradigma científico existe dentro del contexto cultural que apoya el proyecto de ciencia. Si bien los paradigmas pueden darse en distintas escalas – personal, familiar, comunitaria, - fluyen del paradigma cultural más profundo que conforma el contexto dentro del cual reside nuestra comprensión de la ciencia o de la religión.


Nuestros presupuestos básicos sobre el universo son parte de las metáforas que usamos. Joanna Macy, eco-filósofa, explora las cinco metáforas esenciales por las que los pueblos de las distintas tradiciones espirituales ven el mundo: el mundo como campo de batalla, el mundo como aula, el mundo como trampa, el mundo como amante, el mundo como sí mismo. Agregamos a esta lista: el mundo como máquina.

 


“Muchos ven al mundo como campo de batalla donde el bien y el mal se enfrentan, a la vez que las fuerzas del la luz se baten con las fuerzas de la oscuridad. Esta antigua tradición data de los seguidores de Zoroastro y de los Maniqueos… Existe la sensación de estar peleando la batalla de Dios y de que en último término se ganará. Según Macy, William Irwin Thompson llamó a este tipo de certeza y de santurronería “el apartheid del bien”.

 

Aquí la visión no es el trenzarse en lucha o vencer al enemigo, sino el liberarnos y escapar de la maraña de este mundo. Intentamos sustraernos y ascender a un plano más alto, supra-fenomenal. Fundada sobre una visión jerárquica de la realidad, en esta instancia la mente es vista como superior a la materia y al espíritu se lo coloca por encima de la naturaleza. Esta visión propone el desprecio por el plano material”, dice Macy. El mundo occidental se fundó sobre esta metáfora, cuya trampa reside en la ilusión de que el mundo fenomenal es real. Para conocer la verdad uno debe aprehender directamente las ideas o las formas eternas, trascendentes Platónicas. Estas formas perfectas son inmutables, una aceptable liberación del sobrecogedor flujo y caos del mundo.

Todas las mayores religiones de los últimos tres mil años incorporan elementos d esta visión del mundo, independientemente de su visión metafísica. Macy afirma: “Muchos de nosotros en nuestro sendero espiritual caemos en esta visión. Al querer reafirmar una realidad trascendente distinta de una sociedad que parece muy materialista, la colocamos a un nivel supra-fenomenal lejos de la confusión y del sufrimiento. Imaginamos que la tranquilidad que aporta la práctica espiritual pertenece a un lugar distante, no de nuestro mundo, al que podemos ascender y así estar seguros y serenos. “Para aquellos que no participan de la búsqueda espiritual, otra visión de este mundo es la idea de que primero necesitamos sanar nuestras neurosis y dolores de cabeza para luego participar en el mundo. Desde esta visión, el self y el mundo aparecen esencialmente separados, por lo que la creencia es que podemos sanar a uno sin sanar al otro.


EL MUNDO COMO MAQUINA


También conocido como la modernidad, el mundo es visto como un conjunto de objetos inanimados que interactúan de manera predecible, mecánica según leyes matemáticas (desarrolladas en su mayoría por Isaac Newton, conocidas como Newtonianas, o física clásica). Introducidas en el siglo XVII por Descartes, Newton, Bacon y otros, la modernidad estableció una discontinuidad entre mente y materia, lo subjetivo y lo objetivo, y en último término entre la ciencia y la religión. Después de siglos de lucha entre una creciente ola de empiristas que se debatía con una inamovible teología, surgió una incómoda tregua. La ciencia pretendía dominar el campo del mundo físico, la religión pretendía dominar el campo del mundo mental.

 

En una visión del mundo donde lo físico y lo mental presentan lealtades dispares ¿qué pasa con los poderosos impulsos religiosos y espirituales que tratan el esencial rol del significado en nuestras vidas? El teórico integral Ken Wilber sostiene que cuando se relega la necesidad básica humana por la trascendencia a un plano inferior, ésta surge

“al sesgo”, mediante la compulsión de acumular posesiones y de mimar al ego.

 


Macy nos dice que con esta visión, “el mundo es visto como un muy íntimo y gratificante partenaire. En el hinduismo encontramos algunas de las más ricas expresiones de nuestra relación erótica con el mundo. El deseo juega un rol creativo, manifiesta al mundo, mientras que su carga pulsa hacia la veneración de Krishna, en la que los cánticos devotos, o bhajans, despiertan las ansias eróticas del cuerpo y del alma… Uno se siente envuelto en el erótico juego primal de la vida. Esta afirmación erótica del mundo fenomenal no se limita al Hinduismo. Las religiones de las antiguas diosas, ahora en estudio, también lo presentan, como algunas ramas del sufismo y de la cábala, a su vez que el cristianismo tiene su tradición de misticismo nupcial.”

Los poetas románticos del siglo XIX como Blake, Wordsworth y Shelley sintieron esta afinidad con el mundo, como también la sintiera Walt Whitman en su “cuerpo eléctrico”.

El Movimiento Trascendentalista Americano, con Emerson y Thoreau, también comulgaron profundamente con el mundo natural para descubrir que hacerlo los tornaba más plenamente humanos.


EL MUNDO COMO SI MISMO

El mundo como amante es un complemento del mundo como self (sí mismo). El sujeto (el amante) y el objeto (el amado) ya no están separados. El mundo es un todo interconectado y cada individuo un nodo en la viva red de vida. La tradición hindú ofrece la imagen de la red de Indra, en la que cada nodo es una joya que brilla con el reflejo de todos los demás nodos. En el pensamiento budista encontramos esta idea expresada en el concepto de “origen dependiente”o de causalidad mutua. Actualmente esta percepción aparece también en el reino de la ciencia – en la teoría general de sistemas, en la ciencia de la complejidad, y en la física cuántica. Estamos descubriendo que la Mente es inmanente por naturaleza, que se extiende más allá del alcance de nuestro propósito consciente individual.

 





 ¿En qué medida se mueve UD dentro de cada una de estas visiones del mundo?

¿Cómo las ve expresadas en el mundo que lo rodea?

¿Tienen todas la misma validez?

¿Qué hace que unas sean más válidas que otras?



El autor Robert Todd Carol nos previene acerca de una concepción errónea: “lo que conforma al paradigma es relativo y subjetivo, por ende puramente personal y sin conexión alguna o comprobación en la realidad. Algunos de aquellos que piensan que el creacionismo y la evolución compiten como paradigmas o como teorías caen en este error. Bien puede ser verdad que toda teoría o creencia sea ‘subjetiva’ en alguna medida, pero esto no implica que sean útiles o probables en una misma medida, o ni siquiera del mismo tipo.”

 


La mente occidental hoy parece atravesar una transformación de época, de una magnitud tal vez no comparable a ninguna otra civilización de la historia. Creo que, sólo en la medida en que estemos históricamente informados, podemos participar con inteligencia en esa transformación.”- Richard Tarnas

 

BREVE HISTORIA DE LA VISION OCCIDENTAL DEL MUNDO

Según el historiador y filósofo Richard Tarnas, durante sus dos mil años de historia, occidente ha pasado por tres grandes fases en las que prevalecieron visiones del mundo muy distintas y de giros muy marcados: la visión del mundo clásico, la visión pre-moderna o medieval y la visión mecanicista del mundo moderno.

El Paradigma Clásico – La Edad de los Dioses y los Oráculos

Bajo la visión de la Antigua Grecia, el conocimiento se recibe de los dioses mediante los oráculos. El significado era otorgado por los dioses. Comenzando por los filósofos pre-socráticos, seguidos por Sócrates, Platón y Aristóteles, la filosofía griega da la espalda a los dioses y a los oráculos para mirar cada vez más a la naturaleza y al poder de la razón como revelador de la naturaleza de la realidad.

El Paradigma Pre-Moderno – La Edad de la Fe/Superstición

Según la visión del mundo medieval, el conocimiento deriva de la autoridad; el significado deriva de las afinidades entre las cosas, como reza en la doctrina Hermética: “así como es arriba, así es abajo”.

El Paradigma Moderno – La Edad de la Razón/ Empiricismo/ Ciencia

Comienza en el siglo XVII y sigue hasta nuestros días. Es la edad del análisis, del reduccionismo, del individualismo y del mecanicismo. La mente humana proyecta significado sobre la naturaleza. La causalidad mecánica es el único modo en que se mueven las cosas o el cambio. La máquina es metáfora guía. El tiempo es linear.

 




 Esta historia, ¿representa un progreso?

 En ese caso, ¿hacia qué?

¿Qué se perdió en la evolución de la visión del mundo?

¿Qué se ganó?


 


Mientras en Occidente la modernidad impera como paradigma dominante existen, simultáneamente, otras visiones paralelas del mundo. El sociólogo, Paul Ray, que mediante investigación por encuestas identificó los nuevos movimientos dentro de nuestra sociedad, sostiene que hoy existen tres subculturas principales: los Tradicionalistas, los Modernistas y los Creativos Culturales.

Los Tradicionalistas son conservadores culturales que desean preservar la simplicidad pre-moderna de la vida. Ray también llama a este grupo “los de Tierra Adentro” (Heartlanders), que “creen en una imagen nostálgica de la vuelta al pueblo chico, a una América religiosa, correspondiente al período 1890 a 1930…que ellos creen es la buena y vieja forma Americana tradicional.”

Los modernistas, según Ray, son una rama de la Iluminación. Este grupo “promueve el cambio agresivo, el progreso material, y la forma de vida de la gran ciudad. Lo que más distingue a este grupo es su creencia en una economía tecnológica que está dando nueva forma al globo.”

Los Creativos Culturales, así llamados porque prefieren operar entre los de avanzada del cambio cultural. Paul Ray dice que presentan tanto valores centrados en la persona como ecológicos (verdes). Les preocupa la psicología, la vida espiritual, la auto-realización y la auto-expresión. Les gusta lo foráneo y exótico, disfrutan el dominar nuevas ideas, abogan por las cuestiones de la mujer y la minoridad y apoyan la noción de la sustentabilidad ecológica.

Según Ray, los promotores de la cultura Tradicionalista, “los de Tierra Adentro”, conforman el 29 por ciento de la población actual de Estados Unidos, es decir son aproximadamente 56 millones de adultos.

Los Modernistas abarcan el 47 por ciento de la población, 88 millones de adultos, y los Creativos Culturales representan un 24 por ciento de la población adulta, o 44 millones de adultos.

 





De ser cierto, ¿cuáles son las implicancias de estos datos?

¿Cómo cambia su sentido de sí-mismo?

¿Qué posibilita?


 


Las visiones del mundo se forman para resolver problemas. Cambian cuando las soluciones existentes ya no funcionan y los problemas que aquejan demandan nuevos enfoques. En ocasiones los problemas son de índole conceptual - ¿cómo damos sentido a la nueva información que no puede ser interpretada dentro del marco actual? Otras veces los problemas son de índole práctica- Una visión del mundo puede llevarnos a la guerra, a la extinción masiva y a una sensación de alienación. A veces, como con el modernismo, una visión del mundo que resolvía algunos problemas termina creando otros.


PROBLEMAS EN CIUDAD PARADIGMA

Por 300 años la sociedad moderna confió que el descubrimiento científico nos informaría acerca de la naturaleza de la realidad. Por un lado, nos hemos beneficiado mucho con las tecnologías que la ciencia hizo posible. Por otra parte, muchos pueden haberse incomodado al no poder la ciencia dar cuenta o explicar nuestras experiencias personales más significativas. Muchos ven una disparidad entre lo que saben según su experiencia y lo que saben según la ciencia.

Experiencias tales como las extra-corpóreas o cercanas a la muerte, la telepatía, la clarividencia o la visión a distancia y los poderosos efectos de la intención y la plegaria son sólo algunas de las anomalías que desafían las explicaciones científicas imperantes acerca de cómo funciona el mundo.

No obstante, estamos presenciando una notable convergencia de descubrimientos en las fronteras de la ciencia que parecen apoyar la vieja sabiduría de las tradiciones espirituales perennes. Nos enteramos, por ejemplo, por la física cuántica acerca de las formas en que ciertos aspectos de la realidad trascienden nuestra usual comprensión del tiempo-espacio, y aprendemos de las neurociencias y de los estudios de la consciencia que existen notables conexiones entre la mente y el cuerpo. Fenómenos tales como “la interconexión no-local cuántica” y el poder de la mente y las emociones que afectan al cuerpo (y otras partes del mundo físico) no encajan en la historia dominante acerca de cómo funciona el mundo.

Es posible que, poco a poco, las visiones puramente mecanicistas sean reemplazadas por revelaciones ciertamente pasmosas provenientes de la física cuántica, de las teorías de la complejidad y de sistemas, de la psico-neuro-inmunología y demás estudios de la mente-cuerpo en la investigación de la consciencia. Las novedades de estas ciencias de avanzada se han deslizado, por décadas, hasta el público en general – en parte debido a los esfuerzos conscientizantes de organizaciones como el Instituto de Ciencias Noéticas.

La historia emergente nos dice que el universo no consiste en cosas sino en posibilidades- que las relaciones y los procesos son más fundamentales que las substancias. Como lo expresara el teólogo Thomas Berry, “el mundo es una comunión de sujetos, no una colección de objetos.” Es un mundo como amante y un mundo como sí-mismo – un universo consciente en evolución del que participamos mediante cada uno de nuestros pensamientos y acciones. ¡Qué rayos sabemos! tocó una fibra porque para muchos es la primera validación pública de los que privadamente sabían o sospechaban desde hace años: que la realidad es más misteriosa de los que se les enseñó. Y en el corazón de este misterio yace la creatividad y la potencia de la consciencia.

Así lo expresa el filósofo Duane Elgin:

Creo que la tendencia actual que va más lejos es el cambio emergente en nuestra visión compartida del universo – de pensarlo como muerto pasar a vivenciarlo como vivo. Al considerar al universo como vivo y a nosotros como sostenidos constantemente dentro de esa condición, vemos que estamos íntimamente relacionados con todo lo que existe. Esta nueva percepción…representa un nuevo modo de ver y relacionarnos con el mundo y supera la profunda separación que ha marcado nuestras vidas.”

Puede que nos preguntemos por qué es tan difícil aceptar la nueva ciencia y actualizar nuestra versión de la realidad. Pero las visiones del mundo se modifican lentamente a través del tiempo. Piensen que sabemos desde hace cientos de años que el mundo es redondo y que gira sobre su eje, sin embargo, todavía nos referimos al sol como poniéndose sobre el horizonte. Asimismo, los descubrimientos de la física cuántica no son recientes. La teoría fue enunciada por primera vez hace 70 años. Por mejor que pensemos que comprendemos las implicancias de la teoría atómica y la neurociencia, que nos dicen que la materia consiste en su mayor parte de espacio vacío y que nuestros cerebros “construyen” nuestra percepción del mundo, el mundo todavía se ve y se siente como muy “ahí afuera”, sólido y confiable.

¿Como podemos llegar a saber y asumir nuestras nuevas comprensión y visión de la realidad?


“Lo que no puedes saber en tu cuerpo no puedes saberlo en ninguna otra parte.”

 –Los Upanishads

“’Es inútil intentarlo,’dijo Alicia. ‘No se puede creer lo imposible’. ‘Debo decir que no has tenido mucha práctica. Cuando yo tenía tu edad, siempre lo hice media hora por día. Pues, a veces podía creer hasta seis cosas imposibles antes del desayuno’” – Lewis Carroll

No podemos cambiar nuestros presupuestos fundamentales acerca del mundo sin cambiar la manera en que obtenemos el conocimiento acerca del mismo. A cada visión del mundo le corresponde una forma de conocer, llamada epistemología. La epistemología es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento. Intenta contestar la pregunta básica: ¿qué diferencia al conocimiento verdadero (adecuado) del falso (inadecuado)? En la práctica, esta pregunta se traduce en cuestiones de metodología: ¿cómo desarrollar teorías o modelos que sean mejor que teorías que compiten entre sí?

 

ES LÓGICO

El sesgo de occidente hacia el racionalismo y al Empiricismo se inició con los griegos. De acuerdo con la visión de Platón, el conocimiento es sólo conciencia de las ideas o formas absolutas universales que existen independientemente de cualquier sujeto que intente obtenerla. Si bien Aristóteles pone más énfasis en los métodos lógicos y empíricos para recabar conocimiento, acepta todavía la visión de que tal conocimiento es aprehensión de principios necesarios y universales. Con el Renacimiento, dos corrientes epistemológicas principales dominaron la filosofía: el Empiricismo, que ve el conocimiento como producto de la percepción sensorial y el Racionalismo, que lo ve como producto de la reflexión racional.

La revolución científica aportó herramientas, de mayor exigencia tanto intelectual como física, con qué sondear y analizar el mundo. Se nos enseñó a suprimir nuestra experiencia subjetiva de modo que los sentidos pudieran recabar datos libres de “entorpecimiento” o “distorsión”.

 


Otras formas no racionales de saber – como la fe, la intuición, la percepción espiritual, la naturaleza y la sabiduría basada en el cuerpo – han sido asociadas con etapas tempranas del desarrollo culturas y por lo tanto se las consideró regresivas. Es interesante que, a pesar de sí misma, la ciencia haya podido ganar muchos terrenos y descubrimientos gracias a estas formas no-racionales de conocer.

El químico alemán Kekule pasó largo tiempo estudiando con asombro la molécula del benceno. Una tarde, mientras dormitaba en estado hipnótico, vio una serpiente arremolinarse y morderse la cola. Despertó con la nueva percepción de que los átomos del benceno formaban un anillo. De hecho, muchos científicos famosos- como Rene Descartes, James Clerk Maxwell y Nicola Tesia, - obtuvieron inspiración para sus descubrimientos mediante sueños y visiones.

“El sentimiento religioso cósmico es la más fuerte y noble incitación a la investigación científica”, decía Einstein, que se refería a las verdades que uno “siente pero no puede expresar”. Y al preguntársele cómo sabía que una solución de un problema era la correcta, contestaba que lo sentía en sus músculos. Otros científicos hablan de la verdad que puede ser conocida por medio de un sentido estético que surge ante un problema resuelto con elegancia y simetría.

Bárbara Alice Mann, Ph.D., conocida autora y oradora sobre la historia y cultura Iroquoi, escribe en su libro Iroquoian Woman: The Gantowisas (New York: Meter Lang, 2000) que “los profesores universitarios occidentales de hoy pintan la medicina de los Iroquois (y a toda la Nativa) como pensamiento mágico… Sin embargo, es este sesgo occidental y no la observación lo que define a la medicina Nativa como superstición infantil, a los espíritus como producto de una imaginación confundida, y al trabajo espiritual como a una fantasía.” Bárbara Mann se refiere a la medicina Nativa Americana como “potencia mística” no equivalente al concepto occidental de magia. Esta medicina actúa, en primer término, en estados no-ordinarios de consciencia que incluyen el trance del médium así como “estados ceremoniales de reverencia, durante los cuales se lleva a cabo el ritual; los estados visionarios en los que se avizora tanto el pasado como el futuro; visión a distancia, en que se observan los eventos de lugares distantes; y viajes fuera del cuerpo por un espíritu, generalmente un Viaje por el Cielo.” Todos estos, dice ella, son formas reales y válidas de obtener conocimiento del universo.

Por tradición, las mujeres han sido alentadas a recibir conocimiento de manera no tradicional. En la Grecia, Italia, Egipto y Turquía antiguos, por ejemplo, las mujeres servían como oráculo o sibilas, recurriendo al trance para revelar información acerca del pasado, presente y futuro. Reyes y generales buscaban su consejo pues era preciso y confiable, en particular en lugares como Delfos y Dodoma en Grecia y Cumae en Sicilia. Nadie sabe con exactitud cómo estas mujeres accedían a su conocimiento, pero antiguas fuentes sugieren que lograban estados de trance inhalando vapores especiales o bebiendo ciertas aguas de la tierra, mascando ciertas hojas o inhalando humo de plantas quemadas, o por la ingestión o unción con hierbas o ungüentos especiales.

Mientras se dice que las mujeres antiguas canalizaban las voces de las divinidades tales como madre Gaia, Zeus el dios del cielo y el dios del sol, Apolo, las mujeres contemporáneas continúan esta tradición pretendiendo canalizar sabiduría de un conjunto de seres no encarnados, amigos de la humanidad, de nombres como Seth, Orin, Ramtha, las Pléyades, la Virgen María y Emmanuel.

En ¡Qué rayos sabemos! JZ Knight canaliza a un guerrero de 35.000 años llamado Ramtha. Por medio de un electroencefalograma o EEC, los psicólogos Ian Wickramasekera y Stanley Krippner, de la Saybrook Graduate School, observaron que mientras Knight canalizaba Ramtha, sus ondas de actividad cerebral pasaban a frecuencias más bajas y que su cerebelo bajo parecía estar operando su cuerpo. Estos hallazgos científicos empiezan a convalidar algunas afirmaciones acerca de la forma no racional de conocer como basada en efectos observables. Este tipo de investigación puede abrir las mentes modernistas a mayores posibilidades.

No hay una única forma adecuada de conocer este complejo universo. Cada una presenta su campo de pericia. Pero se requiere del concierto de todas nuestras formas de conocer – racional, empírica, intuitiva, consciencia mística y espíritu receptivo, para abrirnos al universo.

 




 

La realidad, ¿puede ser conocida en su plenitud alguna vez?

¿Dentro de qué contexto es sabio confiar en la ciencia, en la intuición, en el instinto?

¿Cómo podemos evaluar las formas no racionales de conocer en sus propios términos?




“Cambiar un gran paradigma es cambiar nuestra definición de lo posible.”

- Mark B. Woodhouse

 

Estamos ante el umbral de la “gran línea divisoria” de la historia. El futuro de la vida sobre el planeta cambia según el paradigma que predomine. Cuando Einstein dijo que “no se puede resolver un problema desde el mismo nivel en que se lo creó,” se refería a los paradigmas. ¿Qué es lo que un cambio de paradigma sea posible?

Las visiones del mundo emergen para resolver problemas. Para que una nueva visión emergente prenda, la mayor parte de la población debe comprender en profundidad, más allá de la abstracción intelectual, que su manera actual de pensar es adecuada para resolver los problemas que encara. Una nueva visión del mundo no puede instalarse simplemente acallando las voces de los que no están de acuerdo, o mediante discusiones no apasionadas.

Se nos desafía a cultivar nuestras capacidades y combinar las formas racionales y no racionales de conocer. Esto significa que no existe manual de instrucciones para el cambio de paradigma ni mapa a seguir. La necesidad de respuestas absolutas bien puede constituir un artefacto que data de anacrónicas visiones del mundo, mientras que sentirnos cómodos con la incertidumbre tal vez sea el camino hacia una nueva visión.

 


Paul Ray es optimista que una nueva visión del mundo está en proceso de llegar. Sostiene que los culturales creativos son un conjunto muy numeroso de personas, 44 millones, mayor que cualquier grupo comparable ante el nacimiento de cualquier revolución social previa. Ray cree que con este grupo:

“Las comunicaciones globales y los sistemas de transporte están emplazados y se desarrollan rápidamente; los avances dentro de las ‘ciencias nuevas’- la física cuántica, la biología holística, y la teoría de la complejidad ( con sus descubrimientos de la no-locabilidad, la interdependencia ecológica, y los sistemas auto-organizadores) están ya desmantelando el viejo paradigma Modernista; además, una suerte de nuevos desarrollos en la psicología humanística-transpersonal, las eco-ciencias, y el feminismo, así como una floreciente revolución de consciencia psicoespiritual, todos ellos amplios movimientos sociales que contribuyen a la cultura Transmoderna y a un nuevo tipo de mundo. La transformación está teniendo lugar ante nuestros ojos…”

El reconocido sociólogo Robert Bella así lo resume para nosotros:

“Puede que estemos viendo el comienzo de la reintegración de nuestra cultura, una nueva posibilidad de la unidad de consciencia. De ser así, no será con base en ninguna nueva ortodoxia, ya religiosa o científica. Semejante integración se apoyará sobre el rechazo de toda comprensión unívoca de la realidad, de toda identificación de una concepción de la realidad con la realidad misma. Reconocerá la multiplicidad del espíritu humano y la necesidad de constante traducción entre los diversos vocabularios científicos e imaginativos. Reconocerá la tendencia humana a caer cómodamente en alguna interpretación literal única del mundo y por lo tanto la necesidad de mantener una constante apertura hacia el renacimiento de un nuevo cielo y una nueva tierra. Reconocerá que tanto en la ciencia como en la cultura religiosa, todo lo que tenemos, en última instancia, son símbolos, pero que existe una enorme diferencia entre la letra muerta y el mundo vivo.”




 


 

¿Cuándo se expandió o alteró radicalmente su visión del mundo?

¿Qué lo hizo posible?

¿Qué piensa UD. se necesita para que cambie el paradigma dominante?

¿Qué lo ayuda a vivir con la incertidumbre?




PARADIGMA PARTY

(1)     El grupo comienza la creación de una nueva visión del mundo al decidir juntos cómo completar las siguientes oraciones:

______________________ creó al mundo.

 

Los humanos están en la Tierra porque_____________________________

El propósito de nuestra presencia acá es _________________________________

Si tenemos éxito, sucederá que_________________________________________

Si fracasamos, sucederá que ___________________________________________ Las cosas buenas y malas que suceden en la Tierra son consecuencia(s) de ________________________________________________

Es importante para nosotros ______________________________ la naturaleza.

Es importante para nosotros _____________________________ los unos a los otros.

Es importante para nosotros ____________________________ la fuerza que creó al mundo.

 

(2)     Ahora que ya tienen su visión, cuenten una historia que exprese este paradigma recorriendo el círculo mientras cada uno se turna para agregar un corto episodio a la historia. La historia deberá reflejar la visión del mundo que acaban de crear. La siguiente estructura puede ser útil:

 

¿Quién es el protagonista?--- ¿Que quieren?---- ¿Que se interpone entre ellos y lo que desean?--- ¿Superan el obstáculo?--- De ser así, ¿cómo?--- ¿Qué es posible como resultado?

 

CONOCIÉNDONOS

Coloque un objeto en el centro del círculo. Tómese unos minutos para estar con él de las siguientes maneras y preste atención a qué se siente en cada una. Comparta su experiencia con el grupo.

(1)     Examine sus propiedades físicas – adivine su peso, tamaño, forma, textura, densidad, etc. Preste atención a cómo es esto.

(2)     Mírelo, consciente de que no es sólido sino casi vacío y pulsando hacia dentro y hacia fuera de su existencia, de alguna manera afectándolo y siendo afectado por él. Preste atención a cómo es esto.

(3)     Siéntese con el objeto sin etiquetarlo, y sin tocar sus aristas, sienta su densidad. Siéntese con toda su atención en él hasta que sienta que su propio cuerpo adquiere alguna de sus cualidades. Preste atención a cómo es esto.

(4)     Permanezca con el objeto notando que lo que él mueve en usted, lo que le hace pensar y sentir. Escriba un corto poema sobre esto. Preste a cómo es esto.

 


UN MUNDO PLENO DE VISIONES

Todo lo que hacemos y decimos es expresión de nuestras creencias acerca del mundo. Encontrar las creencias subyacentes puede llevarnos a nuevas percepciones y a una nueva comprensión.

A medida que pasa el día, intente identificar algunas de las presunciones que le informan acerca de las acciones propias y de los demás. Asegúrese de incluir personas que encuentra objetables. Pregúntese qué debería creer esa persona para hacer, decir o ser de tal manera.

Amplíe su indagación incluyendo presunciones propias de otras culturas y naciones. Por ejemplo, ¿qué tendría que creer China, Sudán, los Estados Unidos, Israel o Palestina para comportarse de la forma en que lo hacen?

 

IDENTIFICACIÓN DE SU VISIÓN DEL MUNDO

Para tener una mejor perspectiva de su visión del mundo, complete los espacios de las siguientes oraciones:

__________________________________ creó al mundo.

Estoy en la Tierra porque_____________________________________________

Mi propósito al estar acá es _____________________________________________

Si tengo éxito, ________________________________________________________

Si fracaso, ____________________________________________________________

Lo bueno y lo malo que sucede en la Tierra son consecuencia de _____________________________________________________________________

Es importante para mí ______________________________ la naturaleza.

Es importante para mí ______________________________ otras personas.

Es importante para mí ­_____________________________ la fuerza que creó el mundo.

CITAS


“Una visión amplia, íntegra, caritativa…no puede adquirirse vegetando en el rinconcito propio de la tierra.”

– Mark Twain

“Los dogmas del tranquilo pasado son inadecuados para el tormentoso presente. La ocasión está tapada de dificultad y debemos estar a la altura de la situación. Así como es nuevo nuestro caso, deberán serlo nuestras formas de pensar y de actuar.”

Abraham Lincoln

“Existe una sola forma admirable de imaginación: la imaginación tan intensa que crea una nueva realidad, que hace que las cosas sucedan.”

 – Sean O’Faolain

“Creo que la verdad desarmada y el amor incondicional tendrán la última palabra en la realidad. Por eso es que el bien temporalmente vencido es más fuerte que el mal triunfante.”

Martin Luther King (hijo).

“Realidad’ es el único término de la lengua inglesa que debería ser siempre utilizado en citas.” – Anónimo

“Para que la tecnología sea exitosa, la realidad debe tener precedencia sobre las relaciones públicas, ya que a la Naturaleza no se la engaña.”- Richard Feynman

El espacio de Eisntein no está más cerca de la realidad que el cielo de Van Gogh. La gloria de la ciencia no reside en una verdad más absoluta que la verdad en Bach o en Tolstoy, sin en el acto de la creación en sí mismo. Los hallazgos del científico imponen su propio orden al caos, como el compositor o el pintor impone un orden que está siempre referido a aspectos limitados de la realidad, y con base en el marco de referencia del observador, que difiere de un período a otro como un desnudo de Rembrandt de uno de Manet.

–Arthur Koestler, The Act of Creation

“En la medida en que las leyes matemáticas se refieren a la realidad, no son ciertas; y en la medida en que son ciertas, no se refieren a la realidad.”

-Albert Einstein

“La intuición es la fuente del conocimiento científico”

- Aristóteles

Cuando algo es nuevo, la gente dice: ‘No es cierto.’Luego, cuando su verdad es aparente, dicen: “No es importante.” Finalmente, cuando no puede negarse su importancia, dicen: “De todos modos, no es nada nuevo.”

William James

“¡Mi querida! ¡Qué extraño está todo hoy! Y ayer las cosas sucedieron como de costumbre. Me pregunto si se las cambió por la noche. Déjame pensar: ¿era yo el mismo cuando al levantarme esta mañana? Casi recuerdo haberme sentido algo diferente.”

-          Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas

 

LA REALIDAD CUANTICA 

¿Qué nos dice la física cuántica acerca de la naturaleza de la realidad?

¿Qué nos dice acerca de la naturaleza de la consciencia?

¿Es esto significativo para nuestra vida y cómo?

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“Las cosas no son lo que parecen. Ni tampoco lo contrario.”

         -El Lankavatara Sutra

        “La física cuántica nos dice que “el mundo es muy grande y misterioso.

         El mecanismo no es la respuesta, pero no voy a decirles cuál es.”

         – de ¡Qué rayos sabemos!

Una pelota de baloncesto aparece en diez sitios a la vez. Amanda se ve a través de los ojos de alguien en quien se ha convertido. El tiempo se detiene y las partículas se tornan ondas. ¡Qué rayos sabemos! nos invita a esforzar nuestras mentes entorno a los sorprendentes descubrimientos de la física cuántica y a considerar la posibilidad de que las cosas no sean como aparentan ser. Como dice el Lankavatara Sutra, tampoco son lo contrario. De hecho, según la física cuántica, las cosas ni siguiera son ‘cosas’, sino más bien posibilidades. De acuerdo con el físico Amit Goswami, “hasta el mundo material que nos rodea – las sillas, las mesas, las habitaciones, la alfombra, incluso la cámara – todos ellos no son sino posibles movimientos de la consciencia.” ¿Qué entendemos con esto? “Los que no se sientan golpeados al cruzarse por vez primera con la teoría cuántica, no pueden haberla comprendido,” apunta el pionero de la física cuántica, Niels Bohr.

Antes de considerar las implicancias de la mecánica cuántica, asegurémonos de que entendemos la teoría.


La mecánica cuántica, el último avance en la búsqueda científica por comprender la naturaleza de la realidad física es una precisa descripción matemática del comportamiento de las partículas fundamentales. Por setenta años, ha permanecido como la preeminente descripción científica de la realidad física. Hasta el momento, todas sus predicciones experimentales han sido confirmadas con un grado pasmoso de exactitud.

Para apreciar la razón por la cual la mecánica cuántica continúa maravillando y consternando a los científicos, hay que comprender algo del desarrollo histórico de las teorías de la física. Teniendo en cuenta que esta breve reseña simplifica muchísimo su muy vieja y rica historia, podemos considerar que la física, en cuanto ciencia, comenzó nació cuando Isaac Newton y otros descubrieron que las matemáticas podían describir con precisión el mundo que se observa. La visión Newtoniana de la física se conoce hoy como física clásica; en esencia, la física clásica es un formalismo matemático del sentido común. Enuncia cuatro presunciones básicas acerca de la trama de la realidad que corresponden en cierta medida a la forma en que el mundo aparece ante nuestros sentidos. Estas presunciones son: la realidad, la locabilidad, la causalidad y la continuidad.

La realidad alude a la presunción de que el mundo físico es objetivamente real. Es decir, el mundo existe independientemente de que alguien lo observe, y plantea como evidente de por sí que el espacio y el tiempo existen de una manera fija y absoluta. La locabilidad hace referencia a la idea de que la única forma en que se puede influenciar a los objetos es por contacto directo. En otras palabras, queda prohibida la acción a distancia no mediada. La causalidad presupone que la flecha del tiempo sólo apunta en una dirección, estableciendo así que la secuencia de causa y efecto sólo puede darse en ese orden. La continuidad presupone la no existencia en la naturaleza de saltos discontinuos, y que el tiempo y el espacio son parejos.

La física clásica creció rápidamente con estos supuestos y las formas clásicas de considerar al mundo son alcanzan aún a explicar grandes porciones del mundo observable, incluyendo la química, la biología y las neurociencias. La física clásica nos llevó y nos trajo de vuelta de la luna. Funciona para la mayor parte de las cosas a escala humana. Es el sentido común.

 

LA EXTRAÑA CIENCIA

Pero no describe el comportamiento de todos los resultados observables, la forma en que funciona la luz, en particular, y el electromagnetismo, en general. Según como se lo mida, la luz puede desplegar tanto las propiedades de partículas como de ondas. Las partículas son como bolas de billar: objetos separados de locación específica en el espacio, difíciles en el sentido que si se las arroja con fuerza unas contra otras tienden a aniquilarse en medio de un gran despliegue de energía. Por el contrario, las ondas son como ondulaciones en el agua. No son localizadas sino que se despliegan y son suaves en la forma de interactuar entre sí sin destruirse. Las características del tipo onda dieron lugar a la idea de superposición cuántica, que significa que el objeto es una combinación de todos los estados posibles. Esta condición combinada e indeterminada difiere radicalmente de la de los objetos con los que estamos familiarizados. Los objetos de la vida cotidiana sólo existen en estados definidos. Los estados combinados pueden incluir a muchos objetos, que coexisten, todos juntos y enredados.

¿Cómo es posible para la trama de la realidad ser a la vez onda y partícula? Durante las primeras décadas del sigo veinte, se desarrolló una nueva teoría, la mecánica cuántica, para explicar la naturaleza onda-partícula de la luz y de la materia. Esta teoría no era sólo aplicable a la descripción de la naturaleza de la realidad física en sí. La Teoría de la Relatividad de Einstein también alteró la visión newtoniana de la trama de la realidad, al mostrar la manera en que están relacionados los conceptos de masa, energía, espacio, y tiempo. La relatividad no es sólo aplicable al campo cosmológico o a los objetos a velocidades próximas a la de la luz, sino también a la estructura básica de la trama de la realidad. Resumiendo, la física moderna nos dice que el mundo del sentido común sólo revela una porción especial y limitada de una trama de la realidad mucho más grande y extraña.

 


Coexistencia Onda-Partícula

Los electrones pueden comportarse como partículas y como ondas a la vez. Como ondas, los electrones no tienen locación específica sino que existen como “campos de probabilidad”. Como partículas, el campo de probabilidad colapsa en un objeto sólido dentro de un tiempo y espacio en particular. Los electrones en tanto no sean medidos ni observados se comportan de diferente manera a los observados. Cuando no se los mide, los electrones son ondas. Cuando son observados, se vuelven partículas. El mundo está, en último término, construido por partículas elementales que presentan este curioso comportamiento.

 





¿Quién o qué es el observador que determina la locación de la partícula?

¿Existe un observador esencial?

¿Podemos ser conscientes de ese observador?

¿Qué vería si mirara a través de los ojos del observador esencial?


 

EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE HEISENBERG

En la física clásica, todos los atributos de un objeto son, en principio, accesibles a la medición. Esto no es así en la física cuántica. Pueden medirse con precisión las propiedades de un único electrón pero no sin producir imprecisión en algunos otros atributos cuánticos. Las propiedades cuánticas siempre aparecen en pares ‘conjugados’. Cuando dos propiedades presentan esta relación especial, es imposible conocer, con plena precisión, sobre ambas a la vez. El Principio de Incertidumbre de Heisenberg, también conocido como Indeterminabilidad, dice que si se mide con exactitud la posición de una partícula, se debe sacrificar el conocimiento preciso de su ‘momentum’, y viceversa.



EL TEOREMA DE BELL Y LA NO-LOCABILIDAD

“La realidad local” es aquella realidad que se rige por las leyes de la física clásica. En una realidad local, las influencias no pueden viajar más rápido que la velocidad de la luz. En 1964, el físico John Stewart Bell demostró que todo modelo de la realidad compatible con la teoría cuántica debe ser no-local. Para que la física cuántica funcione, la información debe viajar no sólo a velocidad superior a la de la luz, sino de forma instantánea. La no-locabilidad sugiere que todo en el universo está conectado por información que puede aparecer en cualquier parte instantáneamente.





 
Si todo en el universo puede comunicarse instantáneamente con todo,

¿qué establece qué información recibimos?

¿Cuáles son las implicancias de la no-locabilidad en cuanto a la forma en que conocemos al mundo?

¿Cómo cambiaría esto nuestras vidas?


 

Las nuevas teorías sistemáticamente desafían todos los presupuestos de la física clásica:

La Realidadse desvaneció como la sonrisa del gato de Cheshire pues ahora sabemos que las propiedades fundamentales del mundo físico no son fijas; el mundo cambia de maneras sutiles según cómo queramos observarlo. Los objetos que encontramos en la vida cotidiana no siempre exhiben los efectos cuánticos obvios ya que la extrañeza del mundo microscópico es efectivamente allanada mediante las innumerables interacciones con el entorno. Por cierto, las descripciones clásicas de la naturaleza son a menudo suficientes para los propósitos mundanos. Pero aquellas descripciones son una aproximación a un mundo cuántico más fundamental, que deja abierta la posibilidad de que algunos aspectos de la observación puedan persistir sutilmente aún dentro de los campos clásicos.

La locabilidad fue reemplazada por la no-locabilidad, la idea de que los objetos están aparentemente separados pero, en realidad, presentan conexión instantánea a través del espacio-tiempo. Con la no-locabilidad, ya no es cierto que un acción no mediata a distancia sea imposible. De hecho, se requiere de estas acciones.

La causalidad se disolvió puesto que ahora sabemos que la flecha fija del tiempo es una ilusión persistente, una equivocación apoyada por los presupuestos clásicos de un tiempo y espacio absolutos. Ahora sabemos que las secuencias de eventos dependen de las perspectivas (cuyo nombre técnico es ‘marco de referencia’) de los observadores.

La continuidad se desvaneció al saber que existen discontinuidades en la trama de la realidad. El tiempo y el espacio no son llanos ni contiguos.



 


¿Cuándo y cómo se alteró radicalmente su experiencia de la realidad?

¿Cómo la afectó la experiencia?

¿Cómo sería sentir la física cuántica por medio de los sentidos?

¿Cuáles son las implicancias?




Práctica: Mire en derredor. Imagine que aquello que ve es sólo la punta del iceberg, un “especial porción limitada de una más amplia trama de la realidad.” Mire adonde no parece haber nada e imagine que este espacio reboza de posibilidades. Mire adónde parece haber algo e imagine que aquello que parece sólido es, en gran parte, espacio. Sienta sus manos. Imagínelas a nivel cuántico, partículas/ondas que con ímpetu existen y dejan de existir. Considere la forma en que sus manos se comunican en leguaje cuántico con el resto del universo. ¿Qué es lo que nota?

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¿Qué significa la frase: “sabemos”? Significa que se hicieron predicciones teóricas basadas en modelos matemáticos y que se las demostró repetidas veces mediante experimentos. Si el universo se comporta según las teorías, entonces estaría justificado que creamos que el sentido común es, por cierto, una perspectiva limitada de un universo mucho más grandioso.

El retrato de la realidad que pintaran la relatividad y la mecánica cuántica está tan alejado del sentido común que plantea problemas de interpretación. La matemática de las teorías es precisa y las predicciones funcionan fantásticamente bien. Pero la traducción de las matemáticas a términos humanos, de la mecánica cuántica en particular, sigue siendo extremadamente difícil.

Las pasmosas implicancias de la mecánica cuántica golpearon con sorpresa y estupor a los científicos que las desarrollaban. Muchos físicos, hoy en día, creen que una explicación apropiada de la realidad, a la luz de la mecánica cuántica y de la confiabilidad, requiere la revisión de uno o más de los presupuestos del sentido común: la realidad, la locabilidad, la causalidad o la continuidad.

Dada la constante confusión en la interpretación de la mecánica cuántica, algunos físicos se niegan a aceptar la idea de que la realidad pueda ser tan desconcertante, plena de circunvoluciones, o improbable – en comparación con el sentido común. Y es así que siguen creyendo, como Einstein, que la mecánica cuántica debe estar incompleta y que una vez ‘arreglada’se verá que los presupuestos clásicos son correctos después de todo, y entonces toda la rareza cuántica se esfumará. Fuera de la física cuántica, hay existen pocos científicos y el ocasional filósofo que se concentran en tales cosas, pero la mayoría de nosotros no dedicamos mucho tiempo a pensar en la mecánica cuántica para nada. De hacerlo, damos por sentado que no es significativa para nuestros intereses particulares. Esto es comprensible y en la mayoría de los casos perfectamente aceptable en la práctica. Pero cuando se trata de comprender la naturaleza de la realidad, es útil tener presente que la mecánica cuántica describe los bloques fundamentales que conforman la naturaleza y que el mundo clásico, también está compuesto por ellos, los observemos o no.

Las distintas interpretaciones de la mecánica cuántica difieren en primer término en cuanto a cuál de los presupuestos del sentido común puede ser abandonado con comodidad. Algunos de las interpretaciones de la mecánica cuántica más conocidas incluyen la de Copenhague, la Totalidad (‘Wholeness’), Múltiples Mundos, Neorrealismo, y, la propuesta por el film ¡Que rayos sabemos!?, la Consciencia Creala Realidad.

La Interpretación De Copenhague – Esta es la interpretación ortodoxa de la mecánica cuántica propuesta por Niels Bohr, físico dinamarqués, (de ahí la referencia a Copenhague dónde se encuentra el instituto Bohr). Afirma, de manera más que simplificada, que en último término, no existe una realidad pasible de ser conocida. En cierto sentido, esta interpretación puede ser vista como una forma de una aproximación del tipo “no pregunto – no digo” que permite el uso de la mecánica cuántica sin tener que preocuparse por lo que significa. Según Bohr, no significa nada, al menos en términos humanos comunes.

Totalidad – El protegido de Einstein, David Bohm, sostenía que la mecánica cuántica revela que la realidad es un todo indiviso en el que todo se conecta de manera profunda, transcendiendo los límites ordinarios de tiempo y espacio.

Múltiples Mundos – El físico Hugo Everett propuso que al efectuar una medición cuántica, todo posible resultado se haga realidad. Pero en el proceso de realización, el universo se partirá en tantas versiones de sí mismo como sea necesario para acomodar todos los posibles resultados de la medición. Entonces cada uno de los universos resultantes sería, en realidad, un universo separado. Los populares programas de televisión como Show, y algunas escenas de ¡Qué rayos sabemos! hacen uso de estas ideas.

Lógica Cuántica - Esta interpretación dice que posiblemente la mecánica cuántica nos deja perplejos debido a nuestros presupuestos respecto al detalle lógico del sentido común dentro del plano cuántico. El matemático John von Neumann desarrolló una ‘lógica en ondas’ que explicaría algunos de los rompecabezas de la teoría cuántica sin abandonar por completo los conceptos clásicos. Los conceptos dentro de la lógica cuántica han sido objeto de entusiastas estudios por parte de los filósofos. 

Neo-Realismo – Esta fue la posición adoptada por Einstein, que se negaba a aceptar toda interpretación, incluso la de Copenhague, que afirmaba que la realidad del sentido común no existe. Los neorrealistas proponen que la realidad consiste en objetos familiares a la física clásica y que, por esto, las paradojas de la mecánica cuántica revelan la presencia de fallas en la teoría. Esta visión es también conocida como la interpretación de la mecánica cuántica de “la variable escondida”, que pretende que una vez descubiertos todos los factores que faltan las paradojas desaparecerán.

La Consciencia CreaLa Realidad Esta interpretación lleva al extremo la idea de que el acto de medición, o incluso posiblemente la consciencia humana, está ligado a la formación de la realidad. Esto confiere al acto de observación el privilegiado rol especial de hacer colapsar lo posible hacia lo real. Muchos físicos de la corriente principal consideran a esta interpretación casi como un deseo iluso de la Nueva Era, pero no todos. Unos pocos físicos han adoptado esta visión y desarrollado variaciones descriptivas de la teoría cuántica que, de hecho, dan lugar a estas ideas.

 

 


De las interpretaciones ¿cuál le resulta más atractiva?

¿Como la elaboraría?

¿Ve otra interpretación posible?

¿Cuáles son las implicancias que cada una de estas interpretaciones tienen para el mundo?

¿Cuál es su fundamento al decidir qué interpretación adopta?



Debemos señalar que en la actualidad nadie tiene una plena comprensión de la mecánica cuántica. De modo que no hay autoridad clara que determina qué interpretación es la más apropiada.



 Una aproximación que aporta un cierto grado de ventaja, al decidir qué realidad cuántica podría estar más cerca de la verdad, reside en considerar los informes de frecuentes anomalías que no pueden ser explicadas mediante la física clásica pero que bien podrían serlo por medio de la física cuántica. En particular, a lo largo de la historia en todas las culturas se han registrado informes de experiencias místicas y psíquicas. Desde el siglo XIX se han llevado a cabo en los laboratorios experimentos que intentan demostrar los efectos psíquicos. Estos esfuerzos continúan en la actualidad, incluso en el Laboratorio de Investigación de la Consciencia de IONS.

La evidencia cada vez mayor aportada por la disciplina de la parapsicología fuertemente sugiere que algunos fenómenos psíquicos sí existen. Muchos científicos suponen que tal investigación consiste en la caza de fantasmas por ‘investigadores de lo paranormal’ de dudoso credencial, tal como los medios acostumbran presentar a la parasicología. En realidad, existe un largo y distinguido historial de científicos académicos que investigaron con seriedad estos fenómenos y publicaron sus hallazgos en publicaciones bajo la supervisión de pares. Existe fuerte evidencia, cuando se evalúa este cuerpo de información sin prejuicio, de que podemos recabar información sin utilizar los sentidos habituales, información no limitada por las restricciones usuales de tiempo y espacio. La evidencia sigue siendo controversial dado que estos efectos son imposibles bajo las normas de la física clásica. Pero la flexibilidad tiempo-espacio, la no-locabilidad y las conexiones no-causales descriptas por la física cuántica dan cabida a tales fenómenos.

 

Por lo tanto, la parapsicología aporta una nueva perspectiva desde la cual reinterpretar las diversas realidades cuánticas. La interpretación de la ‘Totalidad’ de Bohm, en la que todo está en esencialmente interconectado con todo parece especialmente compatible con los fenómenos psíquicos. Imagine que tal como propone Bohm, a cierto nivel profundo de la realidad, nuestros cerebros están en íntima comunión con el universo entero. Si esto fuese cierto, ¿cuál seria la sensación a nivel de la experiencia? Puede que en ocasiones obtenga un atisbo de información sobre las mentes de otras personas, u objetos distantes, acerca del futuro o del pasado. Esta información estaría a su disposición, no por medio de los sentidos ordinarios ni por que señales de otras mentes u objetos viajan de algún modo a su cerebro, sino debido a que su cerebro ya coexiste con ellos así como con todo lo demás. Para investigar la geografía psíquica, tendría que enfocar su atención hacia adentro antes que hacia afuera. Esta propuesta está apoyada por el rol de la atención tal como se la concentra en la práctica de la meditación, que por mucho tiempo se asoció con el desarrollo de experiencias psíquicas y místicas espontáneas. Desde esta perspectiva, se puede reinterpretar a las experiencias psíquicas no como poderes misteriosos de la mente sino como atisbos momentáneos de la totalidad cuántica, de la trama de la realidad misma.

 

El Instituto de Ciencias Noéticas estudia la relación entre la mente y el mundo cuántico. En un tipo de experimento utiliza un sensible instrumento de óptica para establecer si la intención mental interactúa directamente con las características onda/partícula de los fotones. En otro utiliza un generador electrónico de números aleatorios en base a la dirección que toman los fotones al dar contra un espejo semi-plateado; así detecta si la mente puede influenciar ‘la decisión’ del fotón respecto a la ruta a seguir. Estos experimentos continúan un legado de medio siglo de investigación de muchos científicos del mundo que exploraron el rol de la mente en el mundo físico. Por sobre todas las cosas, este cuerpo de investigación sugiere que la mente sí interactúa con la materia en menor grado, y hasta el momento no se ha desarrollado ningún modelo simple que explique con claridad cómo sucede esto. Bien puede que la respuesta se encuentre en una mejor comprensión de las realidades cuánticas.

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Práctica: Con un amigo/a, cierre sus ojos y sentados en silencio concentre su atención sobre un objeto hasta que su mente se torne relativamente calma. Con los ojos cerrados, A piensa en un evento o imagen potente y que puede ser sostenida con una consciencia vívida. B simplemente presta atención a toda impresión o imagen que le venga a la mente y las anota. Luego A elige otra imagen. Repetir tres veces e intercambiar roles. Luego coteje sus respuestas con las de la imagen real. ¿Qué puede notar?

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¿Ayuda la mecánica cuántica a comprender la consciencia? ¿Cómo nos informa en nuestra comprensión de las dimensiones espirituales de nuestra experiencia? Al tratar estas cuestiones, debemos recordar que es posible crear confusión si mezclamos metáforas con matemáticas. Existen áreas claramente compartidas entre las experiencias místicas de unidad y lo que los físicos describen como el campo cuántico. Aún así, los líderes de la mecánica cuántica – incluso Niels Bohr, Werner Heisenberg y Edwin Schrodinger – rechazaron la idea de que la física y el misticismo estuvieran describiendo los mismos fenómenos. Según Max Planck, los esfuerzos por juntarlas se “fundan en la equivocación o, para ser más preciso, en haber confundido la imagen de la religión con los enunciados de la ciencia. De más está decir que los resultados no tienen ningún sentido.”

Sin embargo, tiene sentido buscar una reconciliación entre la ciencia y la espiritualidad. Como señalara Tom Huston en su comentario de ¡Qué rayos sabemos! para la revista What Is Enlightenment? (www.wie.org/j27/what-the-bleep.asp ):

“En nuestra era postmoderna y científica, ¿cuál sería la dirección más evidente para un alma que busca la Verdad (con ‘T’ mayúscula, después de recorrer de punta a punta y dejar atrás toda la religión mítica tradicional? Pues, hacia la ciencia, con seguridad, por su pretendida verdad universal y su certeza matemática de hasta diez decimales respecto a la lógica interna del espacio y del tiempo. Al respaldar la ciencia respalde nuestras creencias espirituales, les aporta un cierto grado de legitimidad, por más tenue que sea la conexión. Además, parece que esas creencias se tornan más fácilmente defendibles frente a la guardia predadora de la autoridad científica- es decir, los escépticos y los materialistas científicos de nuestra era-tanto cuando se los encuentra en el mundo en general, como cuando surgen esas mismas dudas materialistas in nuestras propias mentes…El hecho de que uno sienta la necesidad de superar la duda de la visión del mundo materialista científico indica hasta qué punto impregna todo y cuán inmersos estamos muchos de nosotros en ella.

 



 No necesitamos forzar una explicación científica sobre las percepciones intuitivas acerca de las conexiones intuitivas entre ciencia y espíritu. Podemos dejar que nuestras intuiciones y percepciones espirituales se instalen y sean evaluadas en sus propios términos, por su belleza y su poder de inspirar y evocar un sentimiento de profundo acuerdo entre nosotros y el mundo. Como el físico británico Sir Arthur Eddington lo expresara hace un siglo:

En el sentido místico de la creación que nos rodea, en la expresión del arte, en el anhelo hacia Dios, el alma se crece en altura y encuentra la satisfacción de algo implantado en su naturaleza… La búsqueda de la ciencia (también) nace de un esfuerzo que la mente está impelida a seguir, un cuestionamiento que puede ser suprimido. Ya por la búsqueda intelectual de la ciencia o por la búsqueda mística del espíritu, la luz llama con señas y el propósito que brota de nuestra naturaleza responde.”

- The Nature of the Physical World

La física cuántica, con sus sorprendentes revelaciones y sus extraños hallazgos ha logrado despertar al mundo de lo que William Blake llamó “el dormitar de Newton.” Ya no podemos ver al mundo que apareció como real, local, consistente y causal, y tener la plena convicción de que estamos percibiendo toda la realidad. Ni podemos decir que sabemos qué realidad percibimos. Hasta que nuevos secretos se develen, tal vez todo lo que quepa decir sea: ¡Qué rayos sabemos!


¿Qué despierta en UD los descubrimientos de la física cuántica?

¿Puede imaginar un mundo en que los objetos no tengan propiedades intrínsecas?

¿Qué proporción de la realidad existente cree que escapa a nuestra percepción?

¿Cómo cambiaría su vida al experimentar la realidad como una conversación o diálogo de final abierto?

Si el mundo es resultado del un juego del que participamos tanto nosotros como la naturaleza, ¿Hasta qué punto cree UD que la realidad es arbitraria?

La física cuántica es un física de posibilidades…

-          ¿Quién elige entre las posibilidades para darnos así el evento real de la experiencia?

-          ¿Cómo piensa en términos de posibilidades?

-          ¿Cómo piensa sin tener objetos de pensamiento?

 


¿Puede pensar en alguna ocasión en su vida en la que su experiencia se haya extendido más allá del rango acostumbrado, revelando que su visión del mundo era, en cierto sentido, una ilusión?

Si las extrañas propiedades de la teoría cuántica sólo son observables a escala atómica, ¿en qué medida cree que la teoría cuántica tiene relevancia para su experiencia ordinaria?


Aquellos que no se asombran ante una teoría cuántica no pueden haberla comprendido.

- Niels Bohr

La ontología del materialismo se apoyó en la ilusión de que el tipo de existencia, la ‘realidad’ directa del mundo que nos rodea, podía ser extrapolada al plano atómico. Sin embargo, esta extrapolación es imposible.

- Werner Heisenberg

Las más pequeñas unidades de materia no son, de hecho, objetos físicos en el sentido ordinario del término; son formas, estructuras o – en el sentido de Platón- Ideas, de las que uno sólo puede ser expresarse sin ambigüedad con el lenguaje matemático.

- Werner Heisenberg

Debemos recordar que lo que observamos no es la naturaleza misma sino la naturaleza expuesta a nuestro método de preguntar.

- Werner Heisenberg

La observación juega un rol decisivo en el evento y…la realidad varía, según se la observe o no.

- Werner Heisenberg    

Por útil que sea bajo circunstancias normales decir que el mundo hay un mundo ‘ahí afuera’, independiente de nosotros, esta visión ya no puede ser sostenida.

- J. A. Wheeler

“Pienso que es seguro decir que nadie entiende la mecánica cuántica. Deje de repetirse, si puede evitarlo, la pregunta ‘¿pero cómo puede ser así?, ya que terminaría en un callejón sin salida del que nadie ha escapado aún. Nadie sabe cómo es que puede ser así.”

-Richard Feynman

 

 


¿Cómo es que creamos conscientemente nuestros días?

¿Cuál es el poder de la intención?

¿Existe un orden más profundo en el universo?

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Las personas siempre culpan a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. En este mundo le va bien a aquellos que se levantan a buscar las circunstancias que desean, y de no encontrarlas, las fabrican. – George Bernard Shaw

¿Que implicaría que los pensamientos que tenemos al comenzar el día de hecho impactaran en lo que nos ocurre sin que tengamos que hacer nada? ¿Y si los pensamientos, conscientes o no, ejercieran influencia sobre el mundo? ¿Empezaríamos el día gritando a nuestros hijos, volando por la puerta, anotando tareas a cumplir? ¿De qué manera cambiaría nuestra vida?

Si bien las explicaciones teóricas de los efectos de la interacción mente-materia no son todavía concluyentes, muchos de nosotros por intuición sentimos el poder de la intención. En el film ¡Qué rayos sabemos! Joe Dispenza describe cómo practica la creación consciente de su día:

Me levanto por la mañana y conscientemente creo mi día tal como quiero que suceda. En ocasiones…me lleva un tiempito sentarme y llegar al…punto en que con intención creo mi día… (Luego durante el transcurso de la jornada) de la nada empiezan a suceder pequeñas cosas inexplicables, yo sé que son parte del proceso o resultado de mi creación. Desde una perspectiva espiritual, estamos incluyendo la idea, consciente, de que nuestros pensamientos impactan en nuestra realidad o afectan nuestra vida.

Tengo este pequeño pacto… me digo: “me tomo este espacio para crear mi día” y estoy infectando el campo cuántico. Ahora bien, es un hecho que el observador me está mirando todo el tiempo mientras hago esto, y está este aspecto espiritual de mí mismo que dice “muéstrame una señal de que hoy prestaste atención a alguna de estas cosas que creé. Tráelas de algún modo inesperado para mí, para que me sorprenda por mi capacidad de experimentar estas cosas y haz que yo no dude de que provienen de ti.” Entonces, vivo mi vida durante todo el día pensando en ser un genio...y a medida que hago esto, en distintos momentos del día, se me ocurren ideas tan asombrosas, que salen de la nada, que un escalofrío me recorre el cuerpo físico.”

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Práctica: Tómese un momento y elija una intención para el momento en que explora las ideas y prácticas de esta guía. Si es parte de un grupo de estudio, recorra el círculo compartiendo su intención con todo el grupo. Puede aclarar su intención reflexionando sobre las siguientes cuestiones: ¿Qué lo trajo a esta exploración? ¿Qué pretende obtener con ella? ¿Por qué le importa?

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 ¿Cómo “infectamos el campo cuántico” de modo que las cosas que sucedan inexplicablemente estén alineadas con nuestras intenciones? En primer lugar, averigüemos qué nos dicen los investigadores de la ciencia y la consciencia respecto a la intención y la medida en que somos capaces de conformar nuestras vidas.

El poder de la Intención

¿De qué manera nuestras intenciones conforman nuestras vidas? Las intenciones constantemente hacen impacto en el mundo al guiar nuestras acciones. Si tengo intención de cortar el pasto, a la larga lo haré y el pasto cambia físicamente. Por lo que el verdadero misterio no reside en si nuestras intenciones influencian el mundo de forma indirecta, sino en la posibilidad de que la mente humana influencie al mundo físico por un acto de intención – sin contacto físico de ninguna especie.

La intención es un acertijo de larga data en el estudio de la consciencia humana. Definida por su forma operativa, la intención implica dirigir la mente, bajo un propósito y con eficacia, hacia un objeto o resultado. La intención representa tanto los desafíos y las oportunidades de ahondar en nuestra comprensión acerca de cómo podríamos crear nuestros días. Por cierto, nos lleva a concentrarnos sobre una de las cuestiones más interesantes e intrigantes respecto de las conexiones entre mente, cuerpo y espíritu – nos lleva a explorar la influencia, tanto directa como indirecta, de la consciencia sobre el bienestar individual y colectivo.


1. Intención auto-dirigida. Nuestras intenciones y, en particular, las visualizaciones ejercen influencia sobre nuestros cuerpos y mentes. Esta área de investigación comprende a las neurociencia y a la bioquímica de las emociones que exploraremos en el capítulo: Sanando el pasado.

2. Las intenciones y nuestra interacción con el mundo.  Nuestras intenciones influencian a los demás mediante la comunicación directa o indirecta. Esta área explora la posibilidad de que las expectativas de los otros puedan, de hecho, impactar sobre nuestra salud y bienestar.

3. La intención transpersonal. Formas en que nuestras intenciones pueden influenciar a otros y al mundo por medios no físicos ni sensoriales, por ejemplo, tal como figura en los registros de sanación a distancia, plegaria intercesora o mente que rige la materia. Esta área desafía a preceptos medulares como la presunción de separación propia de la visión del mundo Newtoniana.


LA INTENCIÓN AUTO-DIRIGIDA

“Nunca tiré una pelota,” escribe Jack Nicklaus en Golf My Way, “sin tener en mi cabeza una imagen muy clara y focalizada del tiro.” Para Lee Evans, campeón olímpico de los cuatrocientos metros y autor de una marca mundial, el éxito de las Olimpíadas de 1968 implicó visualizar cada paso de la carrera, corrigiendo puntos débiles de cada paso que di.” El físico-culturista y actual gobernador de California, Arnold Schwarzenegger afirma que cuando tiene una imagen de un músculo en particular, al momento de tensarlo, el beneficio para ese músculo es diez veces mayor que el que lograría si su mente estuviera distraída.

¿Qué está sucediendo aquí? ¿Atletas de primer nivel soñando despiertos entre sesiones de práctica? De ningún modo. Estos son atletas que han descubierto, a menudo por accidente, la validez de la máxima para el éxito como atleta del psicólogo y físico-culturista Charles Garfield: una vez terminado el entrenamiento, la diferencia entre ganar o no está en su cabeza. Desde la publicación, hace treinta años, del libro The Inner Game of Tennis de W. Timothy Gallwey, un creciente número de competidores profesionales y deportistas de fin de semana consideran la posibilidad de que la mente sea el campo de juego en el que tiene lugar el verdadero juego. Crece el consenso respecto a la idea de que los nuevos avances en rendimiento atlético provendrán, no tanto de la masa muscular y de la fortaleza del esqueleto, como de una diestra combinación de entrenamiento físico y de la aplicación de los muy olvidados “poderes mentales” como la concentración, la meditación, la visualización y la sensación interior ( inner sensing).

Por varias décadas, los investigadores han venido explorando lo que podríamos llamar el “juego mental” del buen estado físico hasta dar con resultados interesantes. Un estudio de la sugestión y la hipnosis llevado a cabo por M.B. Arnold, en 1946, fue uno de los primeros en sugerir algo que los fisiólogos de hoy en día dan por sentado: que si uno se imagina que está tirando dados, el resultado será una pequeña pero mesurable contracción de los músculos utilizados para arrojar dados en la vida real. Y en un estudio de 1932 de la electrofisiología de las actividades mentales, Edmund Jacobson encontró que el uso de una combinación de imágenes visuales y sensaciones internas (“propriocepción”), y no sólo imágenes visuales, producía mayor acción muscular durante un levantamiento de pesas imaginado.

LA INTENCIÓN Y LAS INTERACCIONES CON EL MUNDO

Como sabemos por un simple vistazo al mundo, existen muchos otros seres conscientes que participan de este proceso creativo con nosotros. El filósofo Alfred North Whitehead postuló la visión de que todo en el universo, desde las partículas a los planetas por igual, están en contacto constante, ejerciendo diversos grados de influencia creativa entre sí.

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La creatividad social de los investigadores Alfonso Montuori y Ronald Pursuer (1996) describe otros factores que influencian nuestra creatividad. Estos incluyen al entorno, los recursos económicos y educativos, las fuerzas culturales, el contexto político y organizativo, los factores biológicos, cuestiones psicológicas y de personalidad, y las relaciones interpersonales. El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi nos invita a reconocer la naturaleza compleja de la creatividad y la necesidad de adoptar un nuevo “modelo por el cual la persona sea parte de un sistema de influencias recíprocas.” (Csikszentmihalyi, 1988,336). No somos los únicos responsables del resultado de nuestras intenciones, pero sí somos parte de un concierto de creatividad que ejerce constante influencia sobre lo que se manifiesta a nuestro alrededor. Somos participantes de un proceso creativo que no sólo se origina dentro de nuestra consciencia sino que también está interrelacionado con todo el universo.

¿Cómo influencia a nuestra mente y cuerpo la intención que se comunica mediante interacciones con los demás? Unos interesantes estudios que se llevaron a cabo con placebos nos dan una clave. Por tradición, los investigadores usan placebos en los ensayos clínicos que investigan los efectos de una droga. Como sustancia inerte, se supone que el placebo no aportará ningún beneficio sino aportará una línea base con qué medir la efectividad de la droga activa. Sin embargo, resultó que los placebos sí producían un efecto benéfico. ¿Cómo es posible? ¿Cuál es el poder de la sugestión?

Toda interacción entre trabajadores de la salud y sus clientes comprende al menos un elemento de sugestión. Lo sepamos o no, estamos “escuchando” e interpretando los mensajes que se nos transmiten inconscientemente con cada gesto, cada tono de voz, cada innuendo y expresión facial. En otras palabras, nos servimos de los mensajes inconscientes del médico. Estas señales afectan nuestras creencias acerca de nuestra salud y, como hemos visto, nuestras creencias impactan en nuestra sanación.

Este efecto placebo, la poderosa influencia de las intenciones del sanador sobre el paciente deja perplejos y perturba a más de un investigador. Después de todo, parece impedirles recabar datos confiables acerca de la medicina “real”. Pero, estos placebos podrían de hecho resultar ser clave para nuestra comprensión de la conexión entre la intención, la creencia, la expectativa y las respuestas corporales. Si bien es necesario seguir investigando y examinar la naturaleza de los factores como el rapport, la anticipación y la esperanza en la vida cotidiana, existen estudios que demuestran que los estados de aflicción, desesperación, y desesperanza, a largo plazo pueden causar severas alteraciones del proceso sanador.

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Referencias: Ver crítica de la literatura sobre correlaciones entre estados mentales y el proceso de sanación, Pert, Dreher and Ruff, 2005. “The psychosomatic Network: Foundations of Mind-Body Medicine” y Simonton-Atcheley and Sherman, 2005 “Psychological Aspects of Mind-Body Medicine: Promises and Pitfalls from Research with Cancer Patients,” ambos en Consciousness and Healing por Schlitz, Amorok and Micozzi, Elsevier, 2005.

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¿Pueden explicarse todos los aspectos de la intención por medio de los procesos biológicos, psicológicos y sociales convencionales? ¿O puede la mente humana influir sobre el mundo físico mediante un acto directo de intención – es decir, sin contacto físico de ninguna clase? ¿La intencionalidad, requiere de la fuerza como indican los dictados de la física convencional? ¿O es que hay algo más en la consciencia que sus propiedades físicas? Si la intencionalidad es de algún modo causal antes que causada, entonces ¿cómo se puede incluirla, aunque sea potencialmente, dentro de nuestra usual concepción de las “leyes científicas”? El campo que trata directamente estas cuestiones es la parapsicología experimental (Radin, 1997; Broughton 1991.)

La parapsicología es el estudio científico de las interacciones anómalas entre mente y materia, incluye la telepatía (mente a mente), la clarividencia (mente a objeto o evento), la precognición (conocimiento de eventos futuros), y psicokinesia (mente domina materia). Gran parte de la evidencia científica de la interacción mente-materia se divide en dos clases: Intención dirigida a los sistemas vivientes e intención dirigida a sistemas inanimados.


LA INTENCIÓN Y LOS SISTEMAS VIVIENTES

En el caso anterior, los estudios de laboratorio llevados a cabo buscaron determinar la posible influencia de la intención en el crecimiento de células en cultivo, en la estructura del agua, sobre el índice de cicatrización de heridas en ratones, en la natación del pez, sobre la actividad en el sistema nervioso autónomo humano y sobre el curso de la enfermedad en seres humanos. La literatura sobre estos estudios es tanto abundante y despareja en calidad pero, en general, sugiere que la intención puede influir en un cierto grado sobre los sistemas vivientes. Una cuidadosa evaluación afirmaría que la intención parece tener una débil correlación (aunque, tal vez, no influencia en el sentido de aplicar fuerza física) con los cambios de comportamiento de una amplia gama de sistemas vivientes.

 

Por ejemplo, un meta-análisis publicado en el British Journal of Psychology en 2004 reveló – en experimentos doble ciego de laboratorio, independientemente replicados, rigurosamente controlados - que los pensamientos de una persona tenían un efecto mesurable sobre el estado fisiológico de otra. Las dos personas en estos experimentos de sanación a distancia estaban aisladas en recintos con protección anti-electromagnética y contra sonido para excluir toda señal ordinaria que pudiera pasar entre ellos. Sin embargo, cuando la persona “emisora” dirigía sus pensamientos ya para calmar o para activar los pensamientos de la persona “receptora”, el cuerpo del receptor respondía en el sentido de la intención. No existe aún explicación teórica admisible para este hecho, pero la evidencia de que ocurre es cada vez más persuasiva.

Dean Radin, autor de The Conscious Universe: The Scientific Truth of Psychic Phenomena, (Harper Collins, 1997) como Senior Scientist del Instituto de Ciencias Noéticas, estudia con sus colegas las capacidades humanas extendidas, incluso las interacciones mente-materia. Radin trabajó con el psicólogo de Princeton University Roger Nelson, quien en 1998 encabezó una colaboración a nivel mundial con 75 investigadores para crear el Global Consciousness Project (GCP). El objetivo del Proyecto de Consciencia Global (PCG) es determinar si los eventos mundiales que tienden a concentrar la consciencia masiva, como los eventos deportivos internacionales, los desastres naturales y actos de terrorismo, pueden influenciar dispositivos que generan números aleatorios según el ruido cuántico. Los resultados de este experimento hasta la fecha muestran fuerte evidencia generalizada de alguna forma de interacción mente-materia. Por ejemplo, durante e inmediatamente después de los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001 en el World Trade Center y en la escuela rusa de Septiembre 2004, los números aleatorios generados se tornaron inusualmente ordenados. (los generadores electrónicos de números aleatorios son una especia de tira-monedas) En los días en que nada particularmente interesante sucedía, los números volvían a su conducta se revertía al esperado tipo aleatorio. Los científicos están considerando la hipótesis de que los eventos, que hacen que la “mente de las masas” se torne coherente, puedan afectar la materia física misma. Al reconocer que los datos sí parecen mostrar que la mente y la materia están de algún modo conectadas de manera fundamental, y que tal vez lo pensamientos sí influyen sobre el mundo de manera sutil, los científicos están poniéndose al día con los filósofos y los místicos.

 




¿Cómo interactúa el poder creativo individual con el resto del mundo?

¿Qué grupos utilizan sus poderes creativos para manifestar sus metas contrapuestas?

¿Cómo podemos distinguir entre nuestros propio pensamientos y la sugestión?



 

LA INTENCIÓN Y LOS SISTEMAS FÍSICOS

En cuanto a los sistemas inanimados, experimentos individuales examinaron los efectos de la intención en campos que incluyen: arrojar dados, girar monedas, caída de bolas de plástico, el movimiento de las burbujas en el agua, la altura de las fuentes de agua, mínimas fluctuaciones de peso, alteraciones en los campos magnéticos débiles, etc.

 

Las dos bases de datos de interacción mente-materia más completas observaron si la intención puede influir sobre los sistemas físicos aleatorios. Estos experimentos concentraron su estudio sobre la caída de dados y sobre el comportamiento de generadores electrónicos de números aleatorios. El primero consistía en arrojar un dado y desear o enviar intención de que cierta cara del dado cayera para arriba. El segundo consistió en desear que corrientes de bits aleatorios (ceros y unos) evidenciaran un sesgo hacia la producción de más unos que ceros, y viceversa. En ambos casos, análisis de todo experimento conocido, que rondan los cientos, indican que, bajo condiciones controladas de laboratorio, la intención tiene una débil correlación con los cambios predecibles en el comportamiento de los sistemas aleatorios.

En uno de los más conocidos estudios de largo plazo del Laboratorio de Investigaciones de Anomalías en Ingeniería de la Universidad de Princeton (PEAR , ver www.princeton.edǏ pear/ ), un individuo presiona un botón que hace que un circuito electrónico genere 200 bits al azar. En primer término, la persona “apunta alto”, es decir a obtener más unos que ceros. Al presionar por segunda vez el botón, se “apunta bajo”, y en una tercera ocasión no intenta actuar como control. Luego de 12 años y cientos de miles de veces de presionar el botón cientos de participantes, los resultados fueron claros: la mente hace que los números aleatorios cumplan (hasta cierto punto y sólo se observó hasta ahora en forma estadística) con su voluntad. No se tiene certeza aún si esto se debe a un campo energético o a un cambio más abstracto de probabilidad en los números aleatorios, o si responde a una explicación más exótica. Pero existe más que sobrada evidencia de que sucede algo interesante.

 


Este film da principal relevancia a la investigación del Dr. Masaru Emoto que aborda “el mensaje del agua.”   Si bien este trabajo es muy llamativo, es más una metáfora artística de los efectos de la interacción mente-materia que un hecho científico. Como figura en los libros del Dr. Emoto, todavía no está a la altura de los controles de rigor científico de la ciencia Occidental. No aclara, por ejemplo, cuantas fotos se tomaron, ni los métodos precisos de selección de los cristales individuales examinados, ni muchos otros detalles que harían aceptable este trabajo ante las rigurosas normas de experimentación. Más allá de los detalles faltantes, este trabajo no ha sido publicado en publicaciones científicas de revisión por pares, por lo que no podemos confiar en que los científicos que conocen la química del agua -compleja en extremo- estén de acuerdo con que los efectos presentados sean creíbles. Aún así, el trabajo despierta un enorme interés que requiere réplicas independientes.





¿Qué experiencias ha tenido en que sus pensamientos hayan afectado algo distante?

¿Qué despierta en su imaginación la investigación de Emoto?

¿Cómo influencian su vida los descubrimientos de la ciencia?

¿Cómo viviría si reconociera el pleno poder de su intención?




¿Cómo saber si en realidad estamos creando nuestro día? ¿Qué son estas señales? Es más que probable que estemos buscando evidencia de que el universo “escucha” y responde a nuestros pensamientos. Abrimos un libro al azar y encontramos la respuesta precisa a una pregunta que nos ocupaba. Nos ofrecen un trabajo soñado el día que decidimos renunciar al que teníamos. Estamos pensando en un amigo y éste llama. Como decía Joe Dispenza: “Sin ningún motivo suceden pequeñas cosas que son tan inexplicables que sé que son proceso o resultado de mi creación.” ¿Qué probabilidad hay de que esto sea así?


LA SINCRONICIDAD

El notorio psicoterapeuta C. G. Jung fue el primer psicólogo en explorar las “significativas coincidencias” como hechos que desafían las leyes normales de la causalidad. Jung no podía explicar, como por reflejo, las “significativas coincidencias”de las que era testigo una y otra vez y parecía errado atribuirlo a la acción normal de causa y efecto o descartarlas como debidas simplemente al azar. Por ejemplo, uno de sus pacientes soñaba que recibía un escarabajo dorado, un insecto que es juega un rol importante en la mitología egipcia. Más tarde, mientras le contaba a Jung el sueño, él oye a alguien golpear suavemente en la ventana y al abrirla entra volando un insecto volador que en Suiza es equivalente al escarabajo dorado. Lo atrapó con su mano y se lo dio a la paciente, diciéndole “aquí está su escarabajo”. Este hecho singular hizo que ella atravesara la coraza racionalista que había montado entorno suyo.

 

Fue este tipo de hechos que llevó a Jung a lo que llamó sincronicidad o coincidencia con significado. Según su razonamiento, si la causalidad no conectaba estos hechos, tal vez eran manifestación de algún principio de conexión no-causal. Lo alentó a seguir esta línea de pensamiento el hecho de que aparentemente la física, al desarrollar la teoría cuántica, hubiera roto con la causalidad. “La causalidad es sólo uno principio y la psicología no puede esencialmente agotarse con los métodos causales”, afirmó Jung, “pues la mente (psiquis) también vive según sus objetivos”; a lo que agregaba: “la finalidad de la psiquis se apoya en un significado ‘pre-existente’ que se torna problemático sólo cuando es un arreglo inconsciente. En ese caso debemos suponer que un ‘conocimiento’ previo a toda consciencia.” (El Misterio de la Materia, Cáp. 3 “La Sincronicidad de C.G.Jung” en www.innerexploration.com/catchmeta/mys3.htm)


LA CIENCIA

El fenómeno de la coincidencia ha empezado a dar lugar a nuevas percepciones científicas (insights). Los investigadores del Instituto de Ciencias Noéticas exploraron la hipótesis de que las personas sepan inconscientemente cuando están por ver fotos perturbadoras. Dean Radin encontró que la resistencia eléctrica de la piel de los que las veían aumentaba antes de ver una imagen perturbadora, pero no antes de la imagen neutral. Esto no se debe a la anticipación, ya que el efecto se observa incluso en condiciones doble-ciego en que las imágenes son seleccionadas al azar por una computadora. Los investigadores de otros centros replicaron con éxito este efecto utilizando tanto medición de la conductividad de la piel como variación del ritmo cardíaco.

 

El psicólogo William Braud y otros notaron que la evidencia de los experimentos en parapsicología, así como un sin número de anécdotas que refieren premoniciones, implica que nuestra aprehensión ordinaria del tiempo es incompleta. Braud sugiere que, en condiciones especiales, puede ser posible trascender el tiempo, en el sentido de que las intenciones pueden actuar “hacia atrás en el tiempo” para influenciar el pasado.

A primera vista, esto suena ridículo pues ¿cómo podemos cambiar lo que ya sucedió? Pero la intención parece ser capaz de influenciar los momentos generadores iniciales o las decisiones según las cuales los hechos llegarían a existir en primer lugar, y después se desarrollaron. De este modo, a medida que durante el día tomamos docenas de decisiones menores, surge la posibilidad de que nuestro ‘self’ futuro pueda estar influenciando estas decisiones.

Algo muy cercano a esto se observó en repetidos experimentos de laboratorio al grabar primero a ciegas la generación aleatoria de series de bits mediante verdaderos generadores de números al azar; es decir, nadie observa los bits mientras se efectúa la grabación. Al día siguiente, se hace correr los bits nuevamente mientras se pide a una persona que intente influenciarlos (es decir, obtener más unos que ceros) según las instrucciones generadas ese día, es decir, una vez grabados. Estos experimentos indican que los bits aleatorios ya grabados aparecen conforme a las intenciones producidas en el futuro, o su equivalente, que los bits no observados del pasado de alguna manera cumplen con la intención generada en el presente.

No se sabe qué sucede “realmente” en estos experimentos, ya que los bits aleatorios no son observados hasta que el experimento está desarrollándose en el “futuro”, pero los resultados son suficientemente consistentes como para sugerir que el pasado, el presente y el futuro son, como Einstein demostrara, genuinamente relativos. Y no sólo para los objetos que se mueven a velocidades cercanas a la de la luz, sino también para la experiencia humana.

Como en la mayor parte de las áreas de frontera y de la ciencia pre-teórica, se intuye que algo interesante y probablemente de importancia está sucediendo, y existen algunos datos de validez científica que apoyan estas ideas. Pero a estas alturas de nuestra limitada comprensión, deberíamos ser cautelosos ante el fuerte reclamo de que la “mente crea la realidad”, ya que la evidencia científica hasta ahora no apoya tales interpretaciones no calificadas. La adquisición de una meticulosa educación en temas de controversia requiere la comprensión de los métodos estadísticos y de experimentación, una apreciación de los presupuestos epistemológicos y las limitaciones de la ciencia, así como de las interpretaciones ontológicas de la realidad desde la perspectiva de la física moderna.

 

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