Ser guardián de la Llama Sagrada, es ser un activo constructor de uno mismo, hasta el punto en que YO se transforma en Nosotros.
Si lo permite el lenguaje, Un Nosotros.
Para lograrlo plenamente, se necesita habitar en uno mismo y habitar en todo lo que procede de uno mismo.
Habitar en el propio Corazón y de lo que de él emana.
Ser quién Ama, ser el Amor mismo.
Habitar en el Amor, es habitar en lo infinito, en lo libre, en lo eterno, en lo desconocido.
Habitar en el Amor, es ser poseedor de ilimitado poder.
Habitar en el Amor, es tener como propio, el cuerpo del Universo.
Habitar en el Amor es vivir plenamente el Amor del otro, acariciar sus bordes, sus fronteras, sus luces y vacíos.
Habitar en el Amor, es caminar en COMUN UNION con el otro, a través de un Universo que se nos presenta como camino, y meta, como origen y destino, como potencia y realidad, para expresar el Don, la Gracia, la Esencia, la propia Identidad de Espíritu.
En ese momento, la casa donde moras, es Tu Corazón Pasión y Amante.
En ese momento, las limitaciones de Conciencia son abolidas, conociendo la verdadera Libertad.
En ese momento, ya no hay un Yo que no tome en cuenta el Tú.
Ya no hay más que Nosotros.
Un ilimitado y amante Nosotros.
La Gracia de este Amor, nos colma de Bendiciones, la Luz transforma en Oro la Realidad.
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